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EL CRÍTICO (SI SUPIERA CANTAR, ME SALVARÍA)
CCEBA recomienda
UNA OBRA DE JUAN MAYORGA, CON DIRECCIÓN DE GUILLERMO HERAS
Actúan: Pompeyo Audivert y Horacio Peña

FUNCIONES: MIÉRCOLES A SÁBADOS - 21.00h
TEATRO SAN MARTÍN
, Sala Cunill Cabanellas, Av. Corrientes 1530

Entradas en venta en la boletería del teatro
LO QUE ESPERO DE LA CRÍTICA
"Cuando empecé en el teatro, leía las críticas a mis obras buscando el elogio o la absolución. Hoy busco que me enseñen algo. Acerca de la obra, acerca de sus vínculos con otras obras -mías o ajenas-, acerca de su relación con mi época y con otras épocas... También espero que las críticas me ayuden a corregir la obra, a rehacerla.
En principio, y no sólo en el arte, entiendo la crítica como un gesto de amistad. No teniendo ningún Dios, necesito a otros seres humanos para orientarme. Si alguien se toma la molestia de atender a lo que yo hago y dedicarme un comentario, sólo puedo sentir gratitud hacia él. En particular, necesito la voz -de reconocimiento o reprobación, de comprensión o incomprensión- de aquellos a los que respeto. Por supuesto, eso no quiere decir que vaya a obedecerlos. Pero entre ellos probablemente habrá alguno que vea lo que yo no veo.
De mis críticos espero que miren más lejos y más hondo que yo. Espero de ellos no menos que del artista: imaginación para descubrir constelaciones, coraje para abrir caminos. De la crítica espero, como del teatro, verdad, toda la verdad.
Además de actores y directores, algunos espectadores han aceptado la propuesta de conversación que les hacía mi obra y han descubierto en ella rasgos que estaban ocultos para mí. Y a veces, cuando esos espectadores han divulgado su descubrimiento en forma de crítica en un periódico o por otro medio, ellos mismos se han convertido en creadores del hecho escénico. Pues ocurre que, en la medida en que en teatro la obra no es separable de su recepción -porque cada público la transforma cada día de un modo único- y en la medida en que una crítica puede atraer a un público o a otro y hacerle valorar unos elementos u otros, el crítico interviene en el espectáculo.
Creo que si un artista y un crítico son capaces de sostener un diálogo a lo largo del tiempo -expresándose uno a través de sus creaciones y el otro a través de sus críticas-, ese diálogo, esa lucha -esa agonía- constituyen de suyo una obra. Por utilizar una imagen matemática muy querida por Benjamin, podemos pensar esa obra como una elipse cuyos focos son por un lado el autor y por otro el crítico. Elipse -diálogo, combate- que será tanto más rica cuanto más crítico el artista y más artista el crítico.
He escrito una obra llamada El crítico que tiene que ver con todo eso. Pero no les diré nada sobre ella. Espero sus críticas."
Juan Mayorga

DOCE RAZONES PARA DESEAR PONER EN ESCENA EL CRÍTICO DE JUAN MAYORGA
1.- Porque considero a Juan Mayorga uno de los más importantes dramaturgos iberoamericanos de los últimos años.
2.- Porque sus obras incitan al pensamiento, el análisis y la reflexión, sin caer en maniqueísmos reductores, populismos baratos o recetas ideológicas.
3.- Porque esta obra indaga en una de mis pasiones favoritas: la relación del teatro con la sociedad. Y lo hace a través de dos de los oficios que, en algún momento de mi vida, me ha tocado transitar: la actuación y la crítica.
4.- Porque su estreno se hará en un teatro para mí, emblemático, el San Martín. En él se ha forjado parte de mi educación sentimental escénica: como espectador, como director de escena y como pedagogo.
5.- Porque he conseguido un equipo artístico, técnico y de gestión maravilloso.
6.- Porque de esta manera se afianza mi creencia en los proyectos de integración e intercambio iberoamericanos.
7.- Porque la metáfora que Juan Mayorga plantea en su propuesta sobrepasa la mera anécdota de ser una obra más sobre el teatro en el teatro, para convertirse en una confrontación. De ese modo aparece esa línea de sombra en la que parece que todo es una misma realidad y, sin embargo, cada persona la entiende de un modo distinto.
8.- Porque además del teatro aparecen en el texto otros temas directamente relacionados con los placeres cotidianos.
9.- Porque en la obra se hace un homenaje a otra de mis obsesiones deportivas, que a su vez es toda una lección sobre la lucha por y en la vida: el boxeo.
10.- Porque bajo la apariencia de una propuesta realista se oculta, entre los pliegues del texto, toda una serie de opciones ficcionales.
11.- Porque este proyecto escénico puede contribuir a abrir debates sobre determinados tópicos de los oficios teatrales.
12.- Por el placer de compartir una velada de complicidad, a través del juego actoral, con los espectadores de hoy.
Guillermo Heras

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